domingo, 28 de agosto de 2016

Día4 - Tengo más agujetas que cabello

Tengo músculos en el cuerpo que no sé ni cómo se llaman, hoy los noto. La noche antes envié unas cuantas solicitudes de alojamiento, algunas respuestas de "no puedo" llegan a mi correo así que estoy planteándome hacer caso a Jordi y quedarme un día más.
Este chico es un manitas en toda regla, ahora está haciendo la domótica de sus persianas y yo soy incapaz de formatear un ordenador.
Ha hablado con una amiga suya y pregunta si quiero acompañarlos a Pals esta tarde. ¿Cabe alguna duda? Pero primero quiero dar una vuelta por Santa Cristina d'Aro.
 
Es cierto que en algunos lugares el tiempo tiene un ritmo diferente. También hoy mi cuerpo va a un ritmo diferente, tengo agujetas hasta en las pestañas! Pero eso es que estoy viva! Entro en un horno de pan, puede ser que si como algo se me pase un poco éste vahído. La dependienta habla con la estanquera, hay mercado medieval en el pueblo de al lado y por lo que cuenta la estanquera el día de antes la gente se mataba por conseguir una barra de pan horneada. Empiezan a hablar sobre el pan que se está vendiendo en Valencia a 0,20 céntimos la barra. Estoy de acuerdo con ellas cuando dicen que no pueden salir los números. Me acuerdo de mi otra familia, los Pijuan. En realidad no somos familia carnal, pero ellos son mis tíos, mis primos, mis sobrinos. Tienen un horno artesanal en la parte antigua de Tarragona y estoy completamente segura de que no se puede hacer pan a 0,20 céntimos.
 
Dos calles más abajo encuentro un negocio de los antiguos. Seguro que llevan muchos años y que ha pasado de generación en generación. No puedo dejar de mirarlo todo. Jordi me avisa que viene dirección a la tienda en la que me encuentro. Es la ferretería pero tienen un poco de todo aquello que se te pueda ocurrir. Entramos dentro y observo cómo además de artilugios de pesca tienen trampas para ratones, los cucharones más grandes que he visto en años y también pintura para muebles. El que haya necesitado más tuercas para el armario me ha dado la oportunidad de afirmar que el negocio está llevado por hermanos.
 
 
 
He pasado un rato estupendo en la tienda, me ha trasladado a un tiempo en que la prisa no era tan común. Pero necesito comer y dormir o ésta tarde no podré disfrutar de la visita a Pals, otro de los pueblos medievales que hay en estas tierras y que hace mucho quiero visitar.
 
El pueblo está de fiestas por lo que ubicarnos resulta bastante fácil. Me paro en la puerta de un restaurante. ¿Cuánto hace que no veo una bicicleta con cesto? Amsterdam. Es la ciudad que más disfruto en Europa. Para mi su mejor definición es Libertad muchas veces confundido con Libertinaje.
 
 
 
Llegamos a otra plaza y allí está de nuevo, el maravilloso atardecer! En esta ocasión me limito a embriagarme de él y de hacerle una fotografía. Empieza a sonar una canción en mi cabeza, también en el corazón, pero no lo comento con Jordi, ayer tuve la impresión que se ha acostumbrado a los atardeceres, por lo que le hablo de la canción.
 
 
 
Nos encontramos en la entrada del casco antiguo y el cartel que hay colgado de una pared nos llama la atención. Trasladarnos a la época medieval es fácil en aquel punto.
 
 


Seguimos por la calle más estrecha que hay en todo el pueblo, serpentean, nos guían. ¿Cómo lo hacían entonces con sus mulos y sus carros? Otra calle encantada, es precioso ver cómo podemos adaptarnos al aquí y ahora sin perder nuestros orígenes.
 


 
Al final de las escaleras me espera otra sorpresa. Lo mejor de pasear entre estas piedras es constatar que no todos los oficios se han perdido y que sigue habiendo familias dispuestas a hacer de ello su medio de vida. Jordi me habla de un tipo de cerámica de la zona mientras estamos paseando y al final encontramos la tienda de estos artesanos alfareros.

 
 
Pero nuestro destino es una plaza en la que están haciendo una cata de queso y vinos. Allí conozco a Lluïsa y Núria. Acaba de regresar de Tailandia y aún está impresionada, se asusta un par de veces al ver correr una pelota con la que juegan unos perros junto a nosotros. Su inconsciente cree que es una rata.
Lluïsa está ilusionada pues dentro de poco hará el Camino de Santiago.
Hablan sobre los vinos. No entiendo de vinos, he probado bastantes, me gusta el vino blanco o el rosado, el tinto no me cae bien.
También hay cava rosado, nos repartimos los vales para probarlos pues ni Núria ni yo vamos a conducir.
De fondo hay un concierto, la mayor parte de las canciones las conocemos pero llega el momento álgido, aquel en que sabes que una canción nos une a todos.
 
 
 
 Decidimos que acabaremos de ver la película que quedó a medias un par de noches atrás.
Hasta V lo sabía, se necesita ayuda para la lucha. Es otra cosa más que une a las personas. Se disfruta más de la vida cuando se hace acompañado y mejor cuando la compañía es buena para ambos.
 
 

sábado, 27 de agosto de 2016

Día3 - Aprendiendo en cada paso.

Voy a tomar un café con leche, quiero un momento de serenidad antes del día que nos espera. Hoy voy a hacer una vía ferrada por primera vez y creo que el lugar elegido no me dejará indiferente. El día anterior hablamos sobre ello, voy a estar colgada de una pared sobre el mar! Aprovecho para asomarme al balcón y ver cómo amanece.
 
Nos dirigimos hacía Sant Feliu de Guíxols. En el momento en que me coloco el equipo me doy cuenta de que no hay vuelta atrás. Pero camino al risco, al ver la vista que hay, sé que eso va ser lo más parecido a volar que haya experimentado hasta hoy.
Jordi me explica cómo debo seguir el camino, dónde debo colocar los pies, ya me preguntó si tenía vértigo pero vuelve a hacerlo. Sé que es una responsabilidad para él llevarme a hacer una vía cuando no lo he hecho antes, pero no le digo los millones de veces que he deseado hacerlo.
 
Primer pie, segundo pie, sujeciones, cambio, primera mano, segunda mano y ya estoy colgada!
 
 

 
Sé que debo seguir mirando hacia el próximo punto de anclaje pero soy incapaz de no dedicar el doble de tiempo en cada paso, uno para ver dónde debo ir, otro para mirar a mi alrededor. Vamos haciendo camino y pronto tenemos que esperar, la vía está bastante transitada. En ese instante vislumbro el lugar ideal para esperar, hay un árbol que vive en el lugar más insospechado.
 
 
 
Esos descansos también están sirviendo para conversaciones con las personas que llevamos delante y los que nos siguen. ¿Será verdad que en momentos de peligro todas las buenas personas tienen el instinto de ayudar al prójimo? Paso la mayor parte de mi tiempo rodeada de buenas personas pero también he perdido tiempo con personas incapaces de ayudar. Pero en ese momento mi gran suerte es estar rodeada de personas buenas que me están ayudando. Jordi y los chicos del grupo de delante que van con un guía.
 
 
 
 
Hay tiempo para todo, para risas, para sustos, para vértigos, para divertirse. Olvido que soy patosa, tengo unos pies grandes para mi altura (un novio me decía que tengo pies de hobbit) o tengo una altura descompensada con mis pies. Olvido que mis zapatillas puede que no sean las más adecuadas, estoy pasando por puentes encima del mar!!
 
Soy incapaz de no sonreír! Creo que no lo he dejado de hacer desde el momento en que puse el primer anclaje.
 
 
 
Aunque soy consciente de que en algún momento he dejado me ha invadido el vértigo y el cansancio en algunos tramos, no puedo sino sentirme plena. He acabado la vía y la he disfrutado!
Volvemos al coche no sin intercambiar antes los teléfonos con el grupo, hemos hecho fotos muy bonitas. Esta es una ventaja de la tecnología, de igual modo que nos separa, nos acerca.
Cogemos las toallas, lo siguiente es una cala del camí de ronda. ¿Hace cuanto que no salto desde las rocas al mar? Me acuerdo de Mallorca. Pienso en que tengo que cuadrar mis días para ir a verlos. Mi mejor amigo, mis amigos, tenemos una cerveza pendiente. Las mejores playas las he disfrutado con vosotros y hace tiempo que no vamos a ninguna juntos.

 
 
Jordi propone ir a comer a S'Agaró. Dice que hay un restaurante al que quiere llevarme dónde hacen el mejor arroz que ha probado. 
Cogemos el camino de ronda, me decepciona un poco. Hasta el momento de llegar a ésta cala el camino ha sido de montaña, por eso me ha recordado a Mallorca y a las caminatas que hemos hecho por encontrar una. 
Sin embargo este camino está arreglado, eso está bien, se debe recuperar todo aquello que se pueda y cuidarlo pero tiene escaleras, infinidad de ellas.
Os he dicho ya que no soy muy alta, (Miguel en una ocasión me dijo que soy tamaño pocket) por lo que mis zancadas no son largas, sino más bien cortas y por eso estos escalones no hacen sino más que cansarme. Casi al final, cuando llegamos a vislumbrar la playa pido tiempo muerto!! Por suerte en el punto alto de esa subida hay un banco y nos sentamos a contemplar el paisaje.
He vuelto a quedarme sin respiración! Le pregunto a Jordi si todas las calas de Girona son iguales. Está invadida por veleros, barcos, barquitas, katamaranes... Casi parece un tablero de ajedrez. Puedo ver las casas de época que aún se conservan. Es hermoso!
Ya tan sólo nos queda la mitad del camino pero bastantes escaleras. Los edificios que están en el paseo son hermosos. Delante del más característico hay una placa que explica la historia de S'Agaró. Tenemos hambre, pero antes de marcharnos me pararé a leerla.
 
Nos han reservado una mesa junto a la carretera, eso es lo mismo que decir en primera línea de mar pues justo después está el paseo y la playa. Hablamos un poco de todo, las navajas están deliciosas, nunca antes he probado otras tan ricas y el arroz está buenísimo, pero nunca ninguno va a ser cómo el arroz de mi yaya, el mejor del mundo mundial. Ella ya no está para prepararlo por lo que el arroz que comemos ahora es de los mejores que he probado en los últimos años.
 
Nos vamos un rato a la playa después de comer y me despierta una gaviota que nos sobrevuela. Volvemos al coche no sin antes leer la placa dónde explica quien fue la primera familia que construyó una casa delante del mar, quienes le siguieron después y cuanto ha cambiado nuestra situación desde entonces.
Ésta reflexión nos lleva de nuevo a una conversación tan larga, en ocasiones acalorada, los puntos de vista de cada uno son contradictorios en ocasiones, justo antes de llegar al coche volvemos a compartir un punto de vista, los atardeceres son preciosos desde lo alto de esa colina.
He pedido una pausa para nuestra conversación, quiero disfrutar del atardecer, necesito un poco de silencio, para que luego digan que las mujeres no callamos.

viernes, 26 de agosto de 2016

Día2. Camino a lo desconocido...


Vuelvo a hacer la maleta. La conversación del día anterior con Zowie ha dejado poco tiempo libre, llevó a horas de reflexión y de trabajo. Había que ponerse manos a la obra en plantar la semilla. Coger esa libreta en blanco que metí en la maleta y darle vida por fin a las palabras detrás de las fotos.
Hace algunos meses que reactivé la cuenta de Instagram, en ella voy colgando las fotos que tengo y quiero guardar para el infinito del infinito. He de reconocer que soy bastante desastre para la tecnología, que antes compararé un bolígrafo negro o una libreta que un teléfono móvil. Por lo que después de perder el último teléfono móvil con todas las fotos del hasta ahora MEJOR año de mi vida con casi 5.000 fotografías, de intentar recuperar las máximas posibles y comprobar que sin una copia de seguridad hay fotografías que no volverán a aparecer de nuevo en tu vida. (esto pasa a ser una #notaparareflexión posterior). Por eso me dediqué a un ejercicio, colgaba una foto del lugar dónde me encontraba y una foto de un viaje que quisiera guardar hasta el infinito. Me autoimpuse esa norma. Necesitaba saber cuánto tiempo del día requiere mantener una red social, empezar a investigar otra forma de promoción, de poder utilizar todas las herramientas posibles para viajar. #instagram, que maravillosa página, permite ver los lugares pero permite conocer personas estupendas.
Pero he dicho que soy de la vieja escuela y que no olvido la libreta bonita. El pasado Sant Jordi regalé una libreta bonita a otra persona que me sirve de inspiración, pero eso fue entonces... HOY estreno mi libreta, en el sentido que ayer cuajó en la larga conversación que tuve con una de mis musas. Zowie, esa mujer valiente que está dándolo todo por llevar su proyecto adelante y pesar de las vicisitudes que se le presentan a diario, a pesar de que el tiempo apremia el próximo fin de semana estará en un mercadillo de artesanía en Manresa. En ese momento realizo una foto que sé que no utilizaré hasta lo que escriba para hoy. Cierro otro ciclo; estrené la libreta anoche antes de dormir, ÉSTA libreta bonita es para mí. Ambas las compré al mismo tiempo, para dos viajes largos, para dos viajes por separado. Y hoy empieza otro viaje para mi, hoy voy camino a lo desconocido.


 

Nueva entrada en el blog!
Pocas veces cuelgo fotos en blanco y negro, normalmente predomina el color, pues eso es la esencia de la vida, el color con el que eliges vivir... Me doy cuenta de lo cansada que estoy y pido otro café con leche que viene acompañado de un dibujito en la espuma del café. Le doy las gracias al camarero.
A pesar del cansancio no podría dormir, estoy expectante, ilusionada, asustada, firme, confiada, contenta, relajada y melancólica, y claro, en ese estado debo concentrarme para escribir la entrada del día anterior y emprender viaje lo antes posible.
Al tercer café con leche miro que hora es, debo ir pensando en comer algo, lleva bastante tiempo esto de escribir una entrada y al mismo tiempo mantener el Instagram  y cada día debo actualizar las dos cosas a partir de hoy. ¿Soy una persona inconstante o soy una persona que se adapta a los cambios?... Creo que soy una persona que se adapta a los cambios cada vez con menos drama, pero eso es porqué estoy en la mitad de mi vida. ¿Me habré convertida en la loca de los gatos? Añoro a Abbey y a Road y a ellos no puedo escribirles, ni llamarles por teléfono. Que fácil es la comunicación si dos quieren y cuanto nos la complicamos cuando queremos. Cuantas veces es difícil hablar conmigo! Soy de las que pierde el norte, no escucha, se obceca, quiere tener la razón y eso me ha llevado complicar conversaciones fáciles que tengo con extraños pero no con allegados.
Mi bocadillo de tortilla llega con el café con leche pero sin dibujito. Eso nos lleva al camarero y a mi a una breve conversación. Es fácil una conversación con una sonrisa y se nos ha olvidado sonreír. Se nos han olvidado los buenos días al llegar al trabajo. Estamos demasiado inmersos en la tecnología cómo para no mirar al próximo a los ojos. Creo que ha llegado el momento de marcharme, seguir construyendo la entrada de hoy.
Consulto el mapa, sólo sé mi destino de esta cena. Me gusta cenar acompañada. Me gustan las cenas con mis amigos. Hace tres días cenaba en casa de Laura. Me marchaba al día siguiente, pero decidí aplazar mi marcha hasta ayer, por lo cual ya nos habíamos despedido. ¿Cuántas veces nos despedimos? ¿Todas las despedidas son diferentes? Y si no te gusta la última despedida, ¿Cuanto tiempo tenemos para poder cambiarla? ¿Y si nos quedamos sin tiempo?. El hoy es hoy por lo que al ver el mapa me doy cuenta de que sé cual será mi próximo punto de parada. Pero no sin antes despedirme de Sallent no sé cuánto tardaré en volver, tampoco eso importa ahora.


Es el momento de introducirme en el mar con mi respiración cómo único sonido. Mi coche, mi música, el silencio... Próxima parada Vic. Cuando paro el coche aprovecho para llamar a mis padres, la conversación que mantuvimos ayer fue apresurada. Pero yo ahora estoy en paseando por las calles de esta hermosa ciudad. Me fascinan sus fachadas, se nota que soy turista, no dejo de mirar hacia arriba, camino con calma para que no se me escape ninguna. 

Hay un edificio que me despierta interés en particular. Es un edificio precioso, tiene una galería interior y le hago una foto. Hay un chico que está trabajando y al verme parada frente al edificio me pregunta si no estaría mejor en la piscina. Hace demasiado calor. Yo me río, la situación me divierte. ¿Cuántas veces nos atrevemos a hablar con extraños? ¿Es más sencillo hablar con un extraño? Sin lugar a dudas hoy tendré que probarlo, pues mi destino final es con un extraño.
Sigo camino hacia la plaza y la bordeo admirando sus fachadas. Suele llamar mi atención cualquier artesanía que encuentro por lo que me acerco a otra tienda dónde venden espardeñas.
Justo delante de la tienda topo con otra iglesia. No sé en que momento leí que cuando vas paseando y necesitas descansar el mejor refugio es una iglesia. En ella puedes encontrar descanso. Y eso hago. Al traspasar la puerta me encuentro con una gran reja, no podré acercarme al altar para poder apreciar el trabajo artesanal de cerca, pero sí que hay un banco dónde poder sentarme unos minutos. El barroco fue una época de gran esplendor, por lo que estar allí en aquel momento y poder admirarlo ya es un privilegio.

Voy a seguir camino, lo que he venido a hacer aquí ya está hecho. Pero antes voy a volver a pasar por la plaza. La última vez que estuve allí encontré una fachada que quiero volver a fotografiar. Hace mucho tiempo ya, después de una estancia en el hospital debía guardar reposo. Mi pareja de entonces me compró el puzzle más grande que había, si no recuerdo mal era de 5.000 piezas. Ese puzzle me acompañó durante 3 mudanzas. Un buen día decidí que ese puzzle no debía acompañarme más y lo dejé en la calle para que otra persona lo recuperará y acompañara su vida.
En Andorra es costumbre dejar los muebles en la calle. Todavía existe el servicio de recogida a domicilio, llamas al ayuntamiento y lo dejas en la puerta de casa la noche antes de la recogida. Es algo maravilloso! Mi casa está llena de objetos recuperados, de reinventar una jaula de pájaro y reconvertirla en una lámpara...
Voy haciendo las fotos para la composición y miro al lado para no tropezar contigo aunque sé que no estás.
¿Decidimos cuando dejar a una persona? ¿Y si es la otra persona la que decide dejar una relación contigo? ¿En qué momento una relación se rompe? ¿Es la vida la que separa a las personas? ¿Son las personas las que deciden a quien quieren en su camino? ¿Decidimos qué personas queremos en este camino? ¿Atraemos a las personas dependiendo de nuestra situación anímica? ¿Rehuimos a las personas dependiendo de como nos vemos nosotros mismos?
Son las cuatro estaciones, invertí mucho tiempo de mis días en hacer ese puzzle, pero entonces era lo que necesité, hoy ya no tenía sentido tenerlo conmigo. Su utilidad fue curarme de mi enfermedad, recordarme lo bonita que era la vida y cuantas veces la damos por sentada.
Es mucho mejor la vida cuando te rodean personas que te aportan energía, inspiración, alegría. Personas que potencian y no quedarse mucho tiempo en aquellos lugares o relaciones que te absorben de tal forma que olvidas quien eres.
Voy en dirección al coche y vuelvo a cruzarme con el chico de antes. No, aún no he ido a la playa ni a la piscina, pero ya quedan unas horas menos. El edificio que llamó mi atención está justo al lado de dónde está trabajando y ahora sí voy a pararme. Me pareció un edificio con patio interior y al llegar a él me doy cuenta de que solamente queda un local ocupado, toda la galería está vacía, no sé si por antiguo o porque realmente esta crisis nos está arrasando.



Sigo paseando y la mayoría de establecimiento están cerrados. Ha cambiado nuestra forma de comprar. Ha cambiado el comercio. Queremos ir en coche a todos lados, pero ahora somos bio, vega, intolerante. Hemos cambiado muchas cosas en demasiados pocos años. Estamos acabando con el planeta. Quiero ver muchas cosas antes de que cambien más.
Es momento de volver al coche.
He decidido que consultaré los mapas en lugar de continuar haciéndole caso al GPS, esta mañana me ha indicado la salida a casi un quilómetro de haberla pasado. La tecnología no es lo mío.
Mi próxima parada es la playa!
Al meterme nuevo en mi submarino, mi música, mi silencio. Veo cómo va cambiando el paisaje. Es precioso! Estoy en lo alto de una cordillera, veo pasar montañas y montañas repletas de árboles. Un pueblo a la izquierda, es de estética medieval, paso al lado de una piscina, el sol empieza su caída, pero aún quedan muchas horas de luz.
Entonces suena una canción de mi lista.
Y lo constato, a partir de ese momento y por lo que me resta de día todo lo que voy a hacer es nuevo. Vuelvo a estar expectante. Se cruza en mi camino un cartel anunciando que dentro de 5 quilómetros hay la salida al Pantà de Sau. Hoy voy a tomar ese desvío.
Cojo la carretera serpenteante de montaña, cuánto disfruto cuando conduzco por carreteras así!
La carretera está concurrida pero llegados a un punto lo entiendo. Este fin de semana celebran un festival de música, el BIORITME así que paso la entrada y continúo hasta el final de la carretera recordando los buenos momentos pasados en el último festival de música, FESTIVALERA. Disfruté, cómo lo estoy haciendo ahora.
Es impresionante lo que somos capaces de hacer las personas por beneficiarnos de la naturaleza. Por "mejorar" nuestra situación. ¿Hemos sido respetuosos con la naturaleza? ¿Va algún día la tierra a arrasarnos y a continuar viviendo? Ya lo hizo antes, ¿porqué va a ser imposible que vuelva a pasar?. Muchas, muchísimas veces en mi día a día dejo que los problemas que me rodean me absorban de tal forma que no veo una salida. Es en momentos como éste cuando realmente entiendo el significado de relativizar las cosas. Soy una hormiga en una arboleda en la loma de una cordillera dentro de un continente en el hemisferio norte de un planeta y nunca he salido de Europa. Aún no sé lo grande que es el mundo. Aún me queda mucho, muchísimo por ver.
Conducir por esa carretera y mi acumulación de sensaciones me ha llevado a querer un descanso, por lo que decido parar en Vilanova de Sau.
Sigue haciendo calor pero tengo la suerte que en el parque corre el aire pues está en el punto más alto del pueblo, justo al lado de la iglesia.


Quiero ver el mar! Lo echo de menos, su olor, su vida, su color, su furia. Nací en el mediterráneo! y tarareando vuelvo a entrar en el coche, recorrer la serpenteada carretera y volver a poner dirección al Mediterráneo.
Hace casi un mes tuve unos huéspedes en casa que me aportaron muchísima energía. Juandi y Miguel venían de Melilla. Que difícil tiene que ser vivir entre vallas. Y también estaba Samuel que venía del Quebec. Con Samuel nos sentábamos en la terraza, mirando las montañas y escuchando música tuvimos conversaciones hasta que el sol caía. Me explicó sobre Canadá. No sé si algún día lo visitaré, pero de momento debo conformarme con imaginarlo a través de sus ojos y sus palabras. Me dijo que esperan incrementar la población en millones de personas en los próximos diez años y yo le contesto que soy una mujer mediterránea. Es ahí dónde quiero acabar mis días y noches.

Aparco el coche, me descalzo y voy caminando hasta la arena. Es maravillosa la sensación de hundir los pies en ella.
Es una playa preciosa, con sus dunas y sus casetas de colores. Hay gente jugando a vóley, con sus sombrillas, con pelotas, otros con sus veleros, el mar está lleno de barquitos.



Tan sólo me queda media hora para encontrarme con mi anfitrión, Jordi. Hemos estado hablando estos días atrás. Se mudó hace tan sólo un mes a su piso y a mi llegada encuentro que ha estado esperando para que le ayude a colocar unos estantes en un armario que se está fabricando para un hueco desperdiciado al lado de la nevera. Y allí estoy ahora, colocada detrás de la nevera y con el taladro en la mano. Me encanta!
Vamos hablando sobre lo que hemos hecho durante el día, me dice que vivía en Sant Feliu de Guíxols y pregunta si la conozco. Le digo que he estado en la playa de Sant Pol. Dice que es la mejor de Sant Feliu y más tarde cuando salimos a dar una vuelta me doy cuenta de que algo de razón tiene.
La playa me decepciona, han construido un embarcadero hasta más de la mitad de la playa por lo que se pierde lo mejor del mar, la sensación de infinito. Se ha convertido en una piscina antinatural. 
Cogemos una calle empinada para subir a ver una ermita, tiene las mejores vistas del pueblo. Discrepamos sobre si se verán las estrellas, pero será así pues la contaminación lumínica la vamos dejando atrás.


Bajamos al pueblo, caminamos entre sus calles, encontramos un concierto en directo. Están cantando una canción de estopa. La última vez que escuché un concierto de Estopa viene a mi de nuevo.
Jordi me pregunta sobre mis cinco películas favoritas. Me gustan muchas. No soy capaz de eso, puede que si las dividiera por temática podría acortar la lista. Casi al mismo tiempo, después de nombrar varias películas, llegamos a una en común.
"Remember, remember, the fifth of november".
Cuando voy al cine no me gusta hablar, pero esa es una de las grandes ventajas de poder ver una película en casa.
Interrumpimos la película, es inevitable comenzar a hablar sobre política en España, en Cataluña, en Europa. Jordi es un buen interlocutor y escucho atenta sus opiniones, pero estoy cansada, para mi llegó el final del día y la película ha quedado a medias.

jueves, 25 de agosto de 2016

Día1 - Hoy... Que difícil es el mindfulness...



Mindfulness: concepto psicológico es la concentración de la atención y la conciencia;
Comerse un melón y que al morderlo no se combierta en agua... Si consigo algún día morder un melón sin pensar que va a chorrear ya os lo contaré, pero por el momento esto del mindfudness me está costando... O...
Aquella sensación de que se te pasan las horas volando... Cómo cuando preparas la maleta el día anterior al viaje, pues esta vez te vas para bastantes días y no quieres dejarte nada...

En todos los viajes hay un punto de partida, el mío es Andorra. Es uno de los paraisos en esta tierra. Pero en esta tierra cada sitio es un paraíso para el que ama el lugar en que reside... (Es una reflexión que surgió en una sobremesa... Que bonita palabra, aún mejor situación!)

Rouse fue a tomar un café por lo que la puerta al cerrarse me despertó, de nuevo me he quedado a dormir en el comedor. Me gusta despertar y poder ver las maravillosas vistas que hay en la terraza de mi casa... Me encanta mi casa! 
Pero hoy además es un poquito diferente, hoy me voy de viaje! El viaje de la vida nunca para; unas veces sin moverte y otras coges maletas... Y allí que me voy!

¿Cuando estás preparado para un viaje relámpago?
Cuando llevas una muda en el bolso... Aunque también serviría para definir otras situaciones... Por lo que, tal vez debería reformular la pregunta... ¿Llevas una muda en el bolso para un posible viaje relámpago?
Salir de Andorra ha resultado ser un tanto diferente en esta ocasión. Por lo que he buscado una foto para esta despedida. 
Mezclo miedos con ilusiones. No tengo una fecha para regresar. Hacía mucho que no experimentaba la intemporalidad.



Hago una parada para comer con Laura. Me riñe porque no dejo el móvil. Así es cómo la hora de comer con Laura se convierte en mi primer ejercicio de mindfulness del día.
Me cuenta su mañana, yo escucho atenta hasta que llama mi padre. Llevamos un ritmo frenético y nos hemos acostumbrado a ello.
Durante este tiempo en Andorra Laura es una de las personas que me han acompañado y vamos a estar tiempo sin vernos por lo que nos despedimos como si nos viéramos mañana pero sabiendo que no será así.

Cuando viajo en mi coche tengo una sensación de libertad. Paro dónde quiero, pongo la música que quiero, por lo que hacer quilómetros es uno de mis refugios.
Por fin salgo de Andorra y dejo atrás sus preciosas montañas pero para empezar a ver "infinito".

Hago un alto en Oliana. El embalse está más vacío este año. Pienso en las reservas de agua y en cuanto tiempo tardaremos en tener escasez. Es un paisaje maravilloso! Cada curva del trazado te sorprende con más verde, más bosque, siguiendo el camino del río. Al final lo he hecho! He salido y estoy viajando.
Aprovecho para mensajear a Zowie, pronto la veré y tendremos tiempo para hablar en persona, pero este es mi momento. Experimento un leve alivio, ya no hay vuelta atrás.

He dejado mis trabajos. Todos necesitamos una pausa en algún momento, pero esta pausa la he buscado a conciencia. Opino que nuestro ritmo frenético nos ha obligado a olvidar la importancia del disfrute de las pequeñas cosas. Tomar un café en una terraza sin prisa por levantarse de la silla. Por eso es momento de seguir camino e ir en busca de la siguiente parada. Quiero comprar una tarjeta de teléfono, no es ninguna obligación pero debo utilizar todo aquello que me ayude a optimizar el dinero.
Los quilómetros se suman a través de montañas y bosques. Las vistas no tienen desperdicio. El sol va cayendo pero se nota la temperatura en el coche y más viajando sin aire acondicionado.

Paro en Solsona. Es la primera parada en el aprendizaje. Entro por el maravilloso portal por el que he pasado varias veces y me dirijo al centro histórico. Entro en la Catedral. Me impacta tan sólo al traspasar el portón. Cuanta belleza guarda dentro! Y enmedio de todo el bullicio de la calle, allí dentro se hace el silencio. Observo el rosetón, los artesanos eran trabajadores como cualquiera de nosotros, pero nosotros hemos olvidado esa parte y ahora nos dedicamos a postear o navegar por la red o a cualquier otra cosa que no requiera tanto tiempo. ¿El concepto del tiempo, cambia dependiendo de la situación, del país, de la cultura?


"No me arrepiento de los momentos en los que sufrí, llevo mis cicatrices como si fueran medallas, sé que la libertad tiene un precio alto, tan alto como el precio de la esclavitud".
 El Zahir. Paulo Coelho

Suelen impresionarme las naves centrales de las iglesias. ¿cómo hicieron en 1.400 para construir una nave gótica?. Avanzo para ver mejor el órgano, es de mediados del 1.800 y tiene elementos barrocos. Es el órgano histórico más monumental de Cataluña.
Pasando por debajo de él hay una puerta que enciende una luz en cuanto me detecta. Hasta dentro de las iglesias podemos combinar los beneficios de nuestros años con las maravillas de nuestra historia. La capilla de la Marea de Deu del Claustre me retiene. El trabajo en piedra es impresionante, los frescos, las vidrieras, la forja. Es el momento de otra pausa.


Había olvidado lo que era respirar a pleno pulmón.
 Paseando por la vida. Aliena

Hay una frase que dice: un viaje se vive tres veces, primero cuando se prepara, luego cuando se realiza y por último cuando se explica. En ese momento mi memoria se traslada a Berlín, a la última iglesia que me dejó sin respiración, a no es una iglesia pues a causa de los bombardeos en Berlín fue destruida y se reconstruyó conforme a la que existía pero ahora es un museo. Me dejó llevar a otro momento de mi viaje en la vida del cual guardo buen recuerdo, ese viaje a Berlín me ha dado unas cuantas lecciones.Cómo de la mayor de las miserias a todos los niveles se puede aprender a hacerlo mejor la próxima vez, seguro que volveré varías veces a ese viaje, cómo a casi todos los que hacemos y 
comparo la intensidad de la luz en las iglesias, en mi misma.


La luz tiene distintas intensidades. La luz interior es una búsqueda intensa.
Paseando por la vida. Aliena

La comparo con la iglesia de Banyoles, la anterior a dejarme sin aliento. La comparo con la de Carcassonne. Me doy cuenta de cuan diferentes eran para ambas luces.

Es momento de seguir caminando, quiero comprar la tarjeta de teléfono. Las calles de Solsona me conquistan. Los frescos en los edificios, la vida en la calle... Allí con su silla en la calle está una artesana cosiendo, "espardenyes solsoneses" nos dice a quien quiera escuchar, pues casi al mismo tiempo, otros turistas se paran junto a mi para admirar su costura. 


Cada momento de búsqueda es un momento de encuentro.
El Alquimista. Paulo Coelho

Llego a una plaza con una fuente, encima hay una estatua, no sé hacia dónde mirar primero. Hay gárgolas en las maderas de los techos, veo un coche clásico precioso... De nuevo la mezcla entre lo nuevo y lo antiguo.

Admira tu alrededor. La próxima vez que regreses lo verás con otros ojos.
Paseando por la vida. Aliena

Es momento de continuar, aún le quedan muchas horas al día, pero he de reunirme con Zowie. Es una mujer maravillosa que vive en Sallent, un pueblo de Cataluña, suficientemente grande cómo para no conocerse todo el mundo, pero que mantiene la familiaridad al sentarse en una terraza y que nos inviten a la bebida por ser el cumpleaños de un vecino.


Procura que el final del día sea lo mejor del día. Es tu transporte a los sueños.
Paseando por la vida. Aliena


Nos sentamos a tomar algo y llega el momento mágico del día. Cuando tomando un café con leche surgen las reflexiones. El momento de la relajación, de compartir experiencias, sueños. Hay personas que encontramos en el viaje de la vida que nos INSPIRAN a poner en marcha nuestros anhelos más profundos.
Por eso he retornando a este blog. Porque no somos una isla, sino una gota en un océano.