Dicen que el mundo es un lugar grande y hermoso y es totalmente cierto. En este blog tan sólo pretendo, como muchos de los bloggers de viajes haceros partícipes de aquellos lugares que he tenido el privilegio de poder visitar.
Para hoy he elegido este maravilloso pueblo que en su día fue puerto de entrada de comerciantes provinientes de Inglaterra y que hoy es un lugar digno de una estancia aunque sea tan sólo unas horas.
El mar Atlántico es el que determina su carácter, por su virulencia construyeron antaño una puerta de entrada que hace agitar las banderas con su aire. Su fortificación sirvió para construir unos canales interiores por dónde llevar las mercancias.
Sin lugar a dudas ha sabido mantener ese espíritu mercantil a la par que sosegado. Sus comercios, en su fran mayoría se componen de tiendas de lo que hoy llamamos producto de proximidad, tanto en artesania cómo en alimentación. Pero sin olvidar que puesto que es un pueblo costero en sus calles se entremezclan comercios con productos provinientes de los mares del norte.
Sin lugar a dudas ha sabido mantener ese espíritu mercantil a la par que sosegado. Sus comercios, en su fran mayoría se componen de tiendas de lo que hoy llamamos producto de proximidad, tanto en artesania cómo en alimentación. Pero sin olvidar que puesto que es un pueblo costero en sus calles se entremezclan comercios con productos provinientes de los mares del norte.
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